Con el marketing hay un problema.
Bueno, de hecho hay varios.
Uno de ellos es que por mucho que se empeñen en darle una pátina científica el marketing no es una ciencia exacta.
Y eso es un problema y de los gordos. Porque entonces se abre una brecha gigantesca para que charlatanes, intuitivos, sensitivos y gurús de salón hagan su agosto.
Verás, muchas decisiones de marketing que se toman en las pymes tienen que ver con:
Lo último es mejor. Si es digital ya ni te cuento.
Repetición de creencias existentes, propias o no.
Experiencias previas que han dado o no buenos resultados.
Copia/pega de lo que hace el vecino. Porque si lo hace el vecino será por algo.
Así que asistimos continuamente a un festival de tonterías y excentricidades a las que he bautizado como el marketing absurdo.
🚨Alerta pyme: huye de este marketing como de la peste.
La lista de chorradas que conforman el marketing absurdo es infinita, necesitaría una serie completa de posts.
Así que para no alargarnos y que esto quede resultón deja que te destaque 5 de ellas. Ya sabes, los números impares venden más 🫣 (nótese la ironía).
No están todos los que son, ni mucho menos. Pero ojito con el peligro que estos traen:
1 Los precios que acaban en 7 o en 9 venden más.
Esto es una simplificación como una casa. Y como todas las simplificaciones a ti no te va a servir si no comprendes lo que hay detrás.
¿Seguro que todo lo acabado en 7 vende más que si acaba en 6?
Un proyecto de ingeniería de cientos de miles de euros, ¿también?
¿Un servicio de consultoría también se va a vender mejor si le metemos un 7?
Ya empezamos a ver que hay matices, si es B2C, si es B2B, etc.
Ay, los matices…
Claro, pensarás que no es lo mismo un paquete de chicles que una botella de vino de gama alta o la compra de una máquina de corte de acero.
De acuerdo, por supuesto. El proceso de compra de caramelos para la garganta en la cola de un supermercado no tiene nada que ver con una selección de proveedores para crear una nueva línea de producción de piezas de automóvil.
Pero es que además te puedo enseñar ejemplos de ventas millonarias B2C que simplemente acaban en 0 y nadie se pone nervioso.
Por eso lo mejor que puedes hacer es comprender que la fijación de precios es algo muchísimo más complejo que meter un 9 al final.
Hay muchos factores que influyen en que una compra se haga efectiva o no. Si te vas a quedar con lo del número final no estás rascando ni la superficie del tema.
2 El color influye en la conversión.
¿En serio? ¿Todavía estamos así?
Deja ya lo del color del botón, y casi también el resto de colores. No digo que seas un hortera, eso no hace falta. Pero, por Dior, simplifica las cosas y céntrate en lo que de verdad importa, alma de cántaro.
Toma web fea que vende lo que no está escrito.
Otra.
Y otra más.
¿Moraleja? Antes de llegar al color créeme que tienes muchos temas más a tocar. Y si miras con atención esas webs comprenderás porqué venden mucho más que tú.
Spoiler: no es por los colorinchis.
De hecho el mejor consejo que te puedo dar es que quites complejidad en tus procesos de venta. Al contrario, cuanto más sencillo mejor. Y si creces y vas teniendo estructura ya tendrás tiempo de complicarte la vida y ser una más de las empresas a las que les sobran procesos.
3 El cliente siempre tiene razón
Esta me la pasó por Linkedin Albert Pàmies y es algo que no por evidente se repite menos.
Si lo que vas a pillar de la frase en cuestión es la filosofía de tener un excelente servicio a tu cliente, nada que decir, adelante con todo. Pero ojo si la estás tomando de forma literal, porque entonces no funciona.
Pues claro que el cliente no siempre tiene razón. Si tienes una pyme y vas con la mentalidad de que debes hacer todo lo que el cliente quiere y como lo quiere más pronto que tarde acabarás desdibujado.
Claro que es importante prestar un buen servicio, excelente, a tus clientes. Por supuesto, pero si vas al fondo de la frase verás que no siempre es cierta.
En primer lugar, es insostenible.
En segundo lugar, ojo porque puede ser que acabes atrayendo a clientes que no son tu objetivo.
Otra cosa muy distinta es que no tengas claro quién es tu cliente. Entonces, ay amigo, el problema es otro bien distinto.
4 La gente no lee.
Bueno, este es de mis preferidos últimamente. La gente no lee pero aquí estamos tú y yo tropecientas palabras más tarde.
Claro que la gente lee, lo que pasa es que lee lo que capta su atención.
Fíjate en este texto REAL robado de una web:
Somos un equipo multidisciplinario de profesionales con más de doce años de experiencia profesional a nivel gerencial, que coloca a disponibilidad de sus clientes el conocimiento adquirido en múltiples industrias, facilitando la identificación de oportunidades de mejora de gestión empresarial.
Insisto, es real, no me lo he inventado. De hecho es más fácil buscar algo así en Google que ponerse a redactarlo.
Es soporífero, indiferenciado, largo de narices y con más líneas que rotondas tiene una ciudad francesa. Así que, efectivamente, nadie va a leer un texto así.
5 Nuestro cliente es todo el mercado
No, no, no y mil veces no.
¿Eres una pyme? Pues grábate esto con fuego: una de las claves para que tu estrategia funcione es enfocarte en un segmento de mercado concreto, cuanto más concreto mejor, y desde ahí construir tu proyecto.
Parece contraintuitivo, como tantos otros temas. Pero precisamente escoger, o sea, renunciar, es clave. Querer agradar a todo el mundo es el camino más corto para no encontrar tu mercado.
Hay otro mantra por ahí que dice que “todo suma”. Pues no, no es cierto. No solo no todo suma sino que es bastante posible que reste. Facturar es genial, marginar bien todavía más. Y no me refiero ahora a los costes directos, sino ojo con todo lo que queda sumergido en una organización solo por eso de que “todo suma”.
¿Conclusión?
Como ves hay una serie de mantras en el mundo del marketing que aún siendo ampliamente aceptados tienen muy poca base. Es necesario rascar un poco más y comprender en profundidad qué hay detrás de esas ideas que aceptamos demasiado rápido.
Lo mismo que pasa con la personalización de contenidos, como también apuntó Clara Towers en el mismo hilo de Linkedin.
Si de todo eso, que ya llenado libros y blogs enteros, nos quedamos con que personalizar es poner Hola, %NOMBRE% en un mail pues no habremos entendido nada.
Y tú, ¿qué es lo más absurdo que has escuchado en marketing?
💡Algo para pensar
Una de las cosas más jodidas que hay en esta vida es cambiar. Además vivimos rodeados de mensajes flowerpower que nos invitan a salir de la zona de comfort.
Como si decirlo fuera tan fácil como hacerlo, ¿verdad?
Lo sabes de sobra si has intentado cambiar algo en tu vida. Por ejemplo, adoptar una nueva rutina de ejercicio. O cuidar algo más tu salud.
Pero, ¿qué pasa cuando se trata de algo profesional?
Un ejemplo. Seguro que has hecho mil cursos en los que quince días más tarde te has dado cuenta de que nada cambió en tu vida. No fuiste capaz de aplicar ni una sola de las ideas que viste. ¿A que sí?
Lo que te digo, cambiar es muy jodido. Nuestro cerebro se empeña una y otra vez en aferrarse a sus hábitos, aunque sean tóxicos.
Entonces, ¿cuál es la solución?
Mira, hay una idea que te puede ayudar si te estás proponiendo cambiar algo en tu vida. No es un bálsamo milagroso, pero ayuda.
Se trata de la regla de los dos días. En realidad, es muy simple.
Cuando queremos adoptar un nuevo hábito es importante mantenerlo durante una serie de días, dicen que unos 21. Por ejemplo, imagina que quieres mejorar tu productividad y decides anotar cada día al final de tu jornada las tareas clave para el día siguiente.
Siguiendo ese ejemplo ahora imagina un día con cincuenta mil líos, recados, llamadas y urgencias. No sería extraño que al acabar el día cierres sin más hasta la mañana siguiente, saltándote así tu idea de nuevo hábito.
Bien, aquí entra la regla de los dos días. ¿Te vas a saltar tu nuevo hábito? OK, acéptalo y sigue con tu vida, no te sientas especialmente culpable por ello, shit happens.
Eso sí, y aquí viene la regla:
No puedes hacerlo más de dos días seguidos
La regla se basa en que si te saltas tu nuevo hábito dos días seguidos es mucho más fácil que lo hagas tres, o cuatro, o…¿lo pillas?
La vida es dura y llena de imprevistos, así que mejor si aprendemos a surfearla, ¿no te parece?
📕Leer es de guap@s
Hoy quiero hablarte de un libro que podría transformar la forma en que le das forma a los proyectos con tu equipo: "Sprint" de Jake Knapp.
¿Alguna vez has sentido que os estancáis en largas reuniones sin llegar a una solución clara? Aquí es donde "Sprint" entra en juego. En el libro Jake Knapp, junto con John Zeratsky y Braden Kowitz, describen con todo detalle la metodología que desarrollaron para Google Ventures y que ha ayudado a cientos de empresas a innovar de manera rápida y efectiva.
El concepto es simple: en tan solo cinco días, tu equipo puede pasar de tener un problema complejo a tener una solución probada. A lo largo de la semana, seguirás un proceso muy estructurado que incluye comprender el problema, idear soluciones, tomar decisiones, crear un prototipo y finalmente, probarlo con usuarios reales. Es como un atajo hacia la innovación, sin perder tiempo ni recursos.
Imagina poder validar una nueva idea sin la necesidad de largos y costosos desarrollos. Esto es especialmente valioso para pequeñas y medianas empresas que necesitan ser ágiles y eficientes. Además, "Sprint" fomenta la colaboración y la creatividad en tu equipo, algo que siempre es bienvenido, no me dirás que no.
Ojo, esta metodología no te va a servir para resolver problemas menores. Para eso seguramente que hay otras soluciones.
Pero si estáis pivotando o algo no acaba de encajar, échale un vistazo porque tal vez te pueda ser de gran ayuda.
Cuídate,
Agustí López
Desde ya de mis newsletters favotitas. Me ha gustado mucho, especialmente ver recopilados todos esos clásicos del marketing absurdo.
Gracias !!!